Trabajar desde la oficina

La pandemia de este año nos ha afectado a todos de muchas maneras. Hay dos cosas que me vienen a la mente: la gente necesita gente (parafraseando la canción “People” cantada por Barbra Streisand en Funny Girl). El teléfono, el correo electrónico, la computadora, la televisión y todas las demás creaciones digitales que usamos NO reemplazan la interacción humana. Todos necesitamos vernos y hablar entre nosotros. Dicho esto, también hemos aprendido que podemos trabajar en casa de manera muy eficiente y manejar nuestra carga de trabajo normal si es necesario. ¿Nunca más viajar al trabajo? No creo que eso suceda, pero tal vez encontremos un punto medio: el tiempo lo dirá.

Estaba dándole vueltas a todas estas ideas cuando recibí una copia de la revista de exalumnos de Columbia de la temporada primavera/verano de 2020 que contenía un artículo de Donald Rattner, un arquitecto que ha escrito un libro titulado My Creative Space: How to Design Your Home to Stimulate Ideas and Spark Innovation (Mi espacio creativo: cómo diseñar tu hogar para estimular las ideas y generar innovación). Pensé que tenía algunas buenas ideas; aquí te dejo cinco.

UNO: ENFOQUE EN EL ESPACIO Y EL COLOR

Esto es lo que tiene que decir: “Nuestras mentes se mueven entre dos estilos conocidos como “cerebro derecho y cerebro izquierdo”, pero los términos más precisos son “creativo versus analítico”. Tendemos a usar nuestro lado creativo cuando nuestro entorno se siente abierto y expansivo: una habitación con un techo alto puede hacernos más receptivos a nuevas ideas. Además, el color puede afectar la forma en que percibimos el espacio. El azul y otros colores fríos parecen alejarse de nosotros. Estoy totalmente de acuerdo con él. Siempre he vivido con techos de 9 pies; cualquier cosa más baja se siente extraña.

DOS: AGREGAR FLORES Y PLANTAS

Creo que la vegetación en una habitación hace una gran diferencia. “La naturaleza juega un papel muy importante en cómo pensamos, sentimos y actuamos”, escribe. “Cuando nos privamos de estímulos naturales, somos menos creativos, felices y saludables. Tenga plantas en el interior, use materiales naturales como madera o piedra y deje entrar la luz del día. Incluso colgar un paisaje en la pared puede ser reparador”. Nota: Tengo una debilidad por los filodendros de hoja partida, me encantan, y cuando compro un par, la gente me para en la calle para admirarlos. Con esta llamativa planta, obtienes mucho por tu dinero.

TRES: MIRAR HACIA LA HABITACIÓN O VENTANA

También cree que uno debe “mirar hacia la habitación que tiene una pared detrás”. Actualmente, yo estoy frente a una gran ventana y cuando levanto la vista de la computadora veo un cielo azul o, más tarde, una puesta de sol espectacular. Aún más interesante es ver pasar las nubes. Tienen un gran espectáculo: cambian de forma a medida que aumentan o disminuyen la velocidad; es una escena en constante evolución hasta que oscurece.

CUATRO: DECORAR CON MOMENTOS PERSONALES

Personalmente, nunca he entendido bien el tratamiento de una pared vacía con una pieza decorativa que se encuentra sola y desamparada. Y Rattner está de acuerdo: “A pesar de la tendencia hacia el minimalismo, menos no es necesariamente más. Los libros, el arte y las lámparas tienen un mayor potencial para inspirar el pensamiento innovador que los espacios reducidos”.

CINCO: RELÁJATE Y DESCANSA

Nunca había leído esto antes, pero dice: “Mucha gente creativa, especialmente escritores, se reclinan mientras trabajan. Dicen que sus ideas fluyen mejor de esta manera. Un estudio demostró que las personas resuelven problemas creativos un 10% más rápido en una posición reclinada, en lugar de en posición vertical”. (Si hiciera eso, simplemente me quedaría dormida). Agrega que, “Sin duda, funcionó para Mark Twain y Marcel Proust, quienes trabajaban en la cama. Los sofás y los sillones reclinables también son excelentes complementos para cualquier espacio creativo”. Comentario: esta idea se ilustra con la clásica silla Eames, que fue el único mueble que pidió mi esposo después de casarnos. Le encantó, perfecta para un hombre de más de 1,80 m.

Todas las fotografías son cortesía de la revista Columbia Alumni, excepto mis filodendros de hojas divididas.

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